¿CUÁNTO SUFRIMIENTO MÁS EN NOMBRE DEL PROGRESO?
INTRODUCCION:
“Y como estuvimos con vosotros, os recomendamos esto:
que el que no quiera trabajar, tampoco coma”
Carta de San Pablo a los Ternalonicenses III,10.
“La URSS considera como el deber de todos los ciudadanos el trabajar y pone el lema:
¡quien no trabaja, tampoco come!”
Constitución de la URSS, Cap.V,par,8.
“El trabajo os hará libres”
Letrero sobre la entrada principal del campo nazi de exterminio de Auschwitz
“Toda la actividad de las sociedades donde reinan las condiciones modernas de producción se anuncia como una como una inmensa acumulación de trabajo. Todo lo que es vivido directamente se afirma en primer lugar como resistencia al curro”.
¡¡DESEMPLEO PARA TODOS!!
Con este texto se pretende abrir un debate y una reflexión que ya estaba ahí sobre el verdadero sentido del TRABAJO, también sobre una de las señales de su agonía el PARO.
Soy consciente del choque moral que puede suponer hablar en contra y por la abolición del trabajo en un mundo organizado en torno a él; donde quién lo tiene, aún en las condiciones más miserables, lo defenderá con uñas y dientes y quién no lo tiene pedirá a gritos que lo exploten, pues es su derecho constitucional a estar explotado.
El origen etimológico de la palabra trabajar es el de tripallare, del latín, que es torturar; el mismo origen que trabajo-tripalium ( especie de cepo o instrumento de tortura). De esto se deduce que C.N.T. seria la Confederación Nacional de la Tortura, la U.G.T. sería la Union General de Torturados (o torturadores) e incluso existiría el Ministro de Tortura.
También es evidente la relación entre trabajo y enfermedad; a cada tipo de trabajo corresponde una enfermedad laboral; cuántas personas discapacitadas por el maldito curro, cuántas muertes en “accidentes, mejor dicho asesinatos, laborales por trabajar en las condiciones más precarias posibles y mas baratas para los empresarios y personas heridas o muertas por defender su puesto de trabajo (tortura). El aumento sin fin e irremediable del paro estructural es una señal de una transformación total y global. El que un número cada vez mayor de trabajadores, que sólo tienen la fuerza de su trabajo para sobrevivir, sean arrojadas al desempleo, es decir, liberadas de la tortura pero arrojadas a la miseria, debe hacernos, por lo menos, pensar. Si nadie trabaja por gusto, ya que todo el mundo trabaja forzadamente y por obligación, el paro debería ser deseable para todo el mundo, pero esto no es así debido a la sociedad-mercantil de clases donde el trabajo asalariado, la tortura diaria, sirve para que unos pocos, cada vez menos, se froten las manos y se lleven enormes beneficios a cambio de mínimos salarios por lo barato que vende la gente su fuerza de trabajo, consecuencia de la enorme oferta de la misma y del miedo al paro. Hoy, ver a todas las organizaciones desde las de extrema izquierda a las de extrema derecha en todo su abanico de posibilidades buscando soluciones al “problema” del paro sin entrar en para qué se está trabajando y qué es el trabajo, qué quieren los parados o ni siquiera si lo que quieren es elegir como quieren vivir y no trabajar, planteando medidas tan “güais” como el reparto de la tortura, Empresas de Tortura Temporal, las tan cacareadas 35 horas de tortura, las reformas del mercado laboral que sólo hacen que abaratar todavía más la fuerza de trabajo, resulta delirante y patético, fruto del reformismo intrínseco al sindicalismo- de los grupúsculos y las organizaciones ideológico-políticas no creo necesario hablar-que ha olvidado la Revolución Social para buscar mejoras en nuestras condiciones de tortura y cuánto tiempo seremos torturados bajo el yugo del esclavismo salarial (¡puagh!). La situación es cada vez más un sin sentido. La organización humana ha perdido toda su razón de ser; ésta debería servir ( y no ser sus siervos ) para cubrir absolutamente todas las necesidades de todas las personas por el simple hecho de existir. La sociedad-mercantil no cubre necesidades reales y sólo sirve para producir e intentar vender mercancías mediante el mundo perfecto de las ilusiones publicitarias. ¡Ya está bien de ideólogos del curro! ¡No queremos trabajar en esta enorme fábrica para llenar vuestros bancos ¡ Rechazamos el trabajo! ¡Hasta el autogestionado! ¡Queremos autogestionar la buena vida y no la tortura! Cuantos siglos de explotación de las bases biológicas del planeta( incluidos nosotros) para esto. Es hora de parar la máquina capitalista y ver lo que necesitamos realmente, cómo lo obtendremos y para qué.
¡ Abolición de la sociedad de clases ¡
¡ Abolición del trabajo asalariado y de la mercancía!
¡ Todo para todos ya!
“Trabajo es aquello de cual el hombre
y la sociedad han tenido bastante.
Eliminémoslo. Hagamos una revolución
para divertirnos”.
D. H. Lawrence
Escuchemos las voces calladas por la
enrraizada, interesada y milenaria apología
del Mundo del Trabajo (¡ecs!)
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