sábado, 30 de enero de 2010

miércoles, 27 de enero de 2010

LA TIERRA ESTA SORDA



Buenísima y emotiva canción de BARRICADA

lunes, 25 de enero de 2010



Aki os dejo, una de las grandes baladas de la banda SCORPIONS, still loving you.
Muchos recuerdos y buenos momentos van unidos a esta canción.
Ya me gustaba sin traducir,ahora más.
Salut.

viernes, 22 de enero de 2010


Nos dejó. Se marchó para ser lo que nunca dejó de ser: viento de libertad. Para volar allá donde se cometa una injusticia contra cualquiera, en cualquier rincón del mundo.

Su dedo, como decía Benedetti, sigue mostrándonos el camino, acusando al monstruo y sus tizones, apretando de nuevo los gatillos...

Gracias por todo, Soldado de la Verdad. Descanse en Paz.

¡Gloria eterna para nuestros mártires! ¡Viva el Che Guevara, carajo!

miércoles, 20 de enero de 2010

Banda de cosacos



Una breve historia de "La Nueve"
Basada en los "Carnets de Route" del capitán Raymond Dronne
Verano de 1943. Los aliados dominan ya el Norte de África y piensan en la futura invasión
del continente europeo. La Francia que se negó a rendirse no quiere participar en la tarea
de la liberación como simple comparsa, y De Gaulle desea, entre otras muchas cosas, una
moderna División Acorazada con la misión de ser la primera en entrar en París.


El capitán francés
El capitán Raymond Dronne se había adherido
temprano al llamamiento de De Gaulle en contra
de la rendición y había abrazado la causa de
la "Francia Libre" en Camerún, donde era
teniente en la reserva. Después de acompañar
a Leclerc en su gesta africana, había resultado
herido en la batalla de Ksar Rhilane y tuvo que
conformarse con conocer el triunfo definitivo
de los aliados en Túnez mientras convalecía de
sus heridas en Egipto.
No del todo recuperado, volvió al campamento
de Djidjelli, en Argelia, donde Leclerc daba
forma a la Segunda División Blindada, una
unidad militar que llegaría a ser identificada
con su propio nombre. La División se encontraba
todavía en fase de constitución, y Leclerc
iba reuniendo cualquier cosa que pudiera servir
a su objetivo, con un requerimiento previo:
sus integrantes deberían ser, a falta de un
número suficiente de franceses de origen, de
raza blanca. Se consideraba que no causaría un
buen efecto que la liberación de Francia, al
menos en sus etapas iniciales y hasta que los
franceses de la metrópoli se incorporasen a la
tarea, fuese obra de los soldados africanos.
Tampoco se pensaba que los tiradores senegaleses
se adaptarían a la guerra en Europa, ni
que fuesen capaces de desenvolverse con los
modernos medios que los estadounidenses
iban a poner a disposición de Leclerc. Por tanto
había que "blanquear" la antaño multirracial
"Columna Leclerc".
La lealtad de Dronne hacia Leclerc era compensada
con una alta dosis de confianza de éste
con respecto al capitán. Quizás fuera por eso
por lo que, al regreso de Dronne, Leclerc le
hizo un encargo especial. Le entregó el mando
de una de las compañías que formarían el
Tercer Batallón De Regimiento de Marcha del
Chad (RMT), la unidad que a su vez constituiría
el contingente de infantería mecanizada que
acompañaría a lo carros de combate de la
División, de acuerdo con el modelo estadounidense.
La nueva compañía estaría formada por
voluntarios españoles, provenientes del exilio
republicano, y por "pieds noirs" franceses de
origen español, pertenecientes a familias que
llevaban más de una generación instalados en
el norte de África. Le advirtió que era una compañía
especial:" Esos hombres dan miedo a
todo el mundo, pero son buenos soldados.
Usted se las apañará. ¿De acuerdo?"
Dronne pensaba que Leclerc, que conocía bien
a sus leales, le había hecho este encargo por
dos razones. Una, porque los españoles, muy
motivados políticamente, sólo aceptarían
como mando a un "francés libre" de primera
hora, no a algún "petainista" que hubiese "chaqueteado"
recientemente. La otra, porque sabía
que Dronne hablaba algo de español, al haber
estudiado unas semanas en España algunos
años atrás. El caso es que a él los españoles no
le daban miedo, así que asumió el mando de la
compañía y se dispuso a convertirla en la unidad
más famosa de todo el Regimiento.

Algunas cosas que sabemos de ellos
¿Quiénes eran esos españoles que "daban
miedo"? ¿Cómo habían llegado allí?
Dronne dejó escrito unos "carnets de route" en
los que puede seguirse la historia de la La
Nueve desde sus primeros días hasta el final de
la guerra. Constituyen un valiosísimo documento
para conocer no sólo la trayectoria de la
Compañía durante la guerra , sino también la
personalidad de sus componentes, siempre
según la opinión de su capitán, que, por lo
demás, recurre a veces a una visión algo tópica
sobre la condición de españoles de sus hombres.
Las peripecias del exilio habían llevado a
numerosos republicanos españoles hasta el
norte de África francés. Algunos habían llegado
directamente a la "andaluza" Orán desde
España al finalizar la Guerra Civil. Hay que
recordar aquí el viaje del Stambrook, el barco
que salió de Alicante el 28 de marzo de 1939
con 3.500 personas cuando las tropas franquistas
se disponían a tomar la ciudad. En ese barco
viajaron, entro otros, Amado Granell y
Federico Moreno, futuros teniente y sergentchef,
respectivamente, de La Nueve y de su 1ª
sección. Entonces su destino sería el campo de
trabajo de Moran, cerca de Boghari, en
Argelia.
Otros habían llegado allí previo paso por
Francia, donde habían conocido el desastre del
verano de 1940. Algunos habían pertenecido a
la Legión Extranjera, sobre todo a la que permaneció
leal al régimen de Vichy y de la que
habían desertado, y otros habían escapado de la
España franquista. Algunos se habían alistado
en los Corps Francs d'Afrique, creados por el
general Montsabert para la campaña de Túnez.
Ese es el caso del Capitán Buiza - antiguo
almirante de la Marina Republicana Española
- o del Teniente Antonio Van Baumberghen
Clarasó . El primero de ellos mandará la 9ème
compagnie del III batallón del Corps Franc,
conocida como "l'Etrangère" y que es el antecedente
directo de "La Nueve". Sus hombres
provienen de los campos de internamiento, y
abundan lo ex legionarios de los orígenes más
diversos. Otro personaje que aparece entonces
es el capitán Joseph Putz, que manda la 11e
compagnie. Es un oficial de la reserva que
conoció las trincheras de la guerra 1914-1918
y que ha desarrollado una intensa labor en la
guerra de España, en donde ha mandado la
XIV Brigada Internacional, conocida como
"La Marsellesa". Putz, designado comandante
del III Batallón del RMT será uno de los hombres
clave en la historia de La Nueve y de toda
la 2e DB.
Se decidió que el capitán fuese un francés, y
que su adjunto en el mando, un teniente, fuese
español. Dronne sostiene que, por su parte,
nunca tuvo problemas para ser aceptado como
jefe por los españoles, pero cabía el riesgo que
un oficial español desatase los celos y las dudas
sobre su competencia. ¿Porqué va a ser "ese"
el oficial y no yo?, podrían preguntarse sus
compañeros, muy "a la española". Por otra
parte, su particular sentido de la meritocracia
exigía que cualquiera que aspirase al mando
mostrase, además de dotes para ello, un coraje
acreditado. Dronne, entonces con un brazo en
cabestrillo y apoyado en un bastón, parecía un
verdadero oficial "del frente". Y parece que
además, en su primer encuentro, Dronne despertó
las simpatías de los españoles por una
razón un tanto banal: Con su español un tanto
rudimentario les habló del "gobierno provisional
de la República francesa", y a ellos les agradó
que les hablaran de "República", una palabra
que habían dejado de oír desde 1940.
De acuerdo con Dronne, ideológicamente, los
anarquistas eran predominantes en la Tercera
Sección de la Compañía, mientras que los
socialistas y republicanos moderados lo eran
en la Primera y la Segunda. Hubo pocos comunistas,
quizás porque la estrategia del Partido
Comunista de España con respecto a la lucha
contra los alemanes era entonces otra. Pese a
las diferencias políticas, el sentimiento unitario
antifascista era demasiado fuerte para que se
perjudicase su eficacia como unidad de combate,
aunque Dronne recoge que, ciertamente,
existían tales diferencias. A su favor, contaban
con el hecho de ser combatientes experimentados
en una guerra que había sido especialmente
feroz, lo que les convertía, de alguna manera,
en una especie de élite en relación con
muchos inexpertos reclutas que entonces se
adhirieron a la 2e DB.
Por lo demás, el mando de la 2e DB terminó
aceptando, incluso, que los españoles llevasen
una insignia con los colores de la bandera republicana
con el asentimiento del jefe de batallón:
por algo Putz había combatido bajo esa bandera
durante los intensos años de la guerra civil,
lo que le había costado no pocos sinsabores en
su relación con la oficialidad francesa.
Finalmente, el carácter español de la compañía
se hizo tan intenso que, como quiera que el castellano
era el idioma "oficial" de sus miembros,
la 9ème compagnie de combat du RMT
pasó a ser conocida por todo el Regimiento,
usando nuestro idioma, simplemente como
"La Nueve”.
En los "carnets de route" Dronne se extiende
en describir a algunos de los miembros de La
Nueve más conocidos.
El primer teniente, adjunto al mando fue
Antonio Van Baumberghen Clarasó. El puesto
le correspondía por veteranía (ya hemos hablado
de su paso por los Corps Francs d'Afrique)
y hay que decir que Dronne siempre le tuvo en
un alta estima. Admiraba su "castellanidad" su
sentido del honor y sobre todo su formación
intelectual, adquirida en la Institución Libre de
Enseñanza de Giner de los Ríos. Pero también
atribuye a esa misma capacidad intelectual la
razón de la desconfianza que causaba entre la
tropa, formada por rudos combatientes de origen
miliciano, poco propicios a aceptar a
alguien tan diferente a ellos...y además español.
El caso es que cuando se hicieron visibles
las desavenencias entre ellos, el comandante
Putz decidió trasladar a "Wamba" (como era
conocido Van Baumberghen) a la C.H.R., o
compañía de abastecimientos del batallón.
Dronne lamentó la decisión aunque se mostró
comprensivo con ella.
Su lugar fue ocupado por Amado Granell

Mesado, otro veterano del Corps Franc pero
con un perfil personal bien distinto. Había
cumplido ya los cuarenta, y en su haber tenía
desde el paso por la Legión a los veintipocos
años a una larga trayectoria durante la Guerra
Civil, que le había llevado desde el Batallón de
Hierro al mando de la 49 Brigada Mixta,
pasando por varios intentos de creación de unidades
motorizadas de ametralladoras. A diferencia
de "Wamba", sintonizaba bien con la
tropa y era más flexible y conciliador, a lo que
no debía ser ajena su experiencia en el mando
de tropas parecidas durante la Guerra Civil. A
pesar de que Dronne siempre habla de él con
el máximo respeto, se dice que no fue generoso
con su papel en la liberación de París, que
según algunos habría sido más importante que
el del propio Dronne. Granell fue el teniente de
La Nueve hasta finales de noviembre de 1944
cuando enfermo y agotado fue sustituido por el
teniente francés Dehen. Fue de los pocos
supervivientes de La Nueve que regresó a
España, donde falleció el 12 de mayo de 1972
en accidente de tráfico.
La Primera Sección de Combate estaba mandada
por el sous-lieutenant Montoya, un antiguo
oficial de carabineros, cuerpo mimado por
Negrín. Dronne habla de sus diferencias con
los otros oficiales españoles, y de cómo se
afianzó en el mando a lo largo de la guerra.
Después de la guerra llegó a comandante en la
Legión.
El adjunto de Montoya era el sergent-
chef Moreno, a quien Drone
reserva excelentes calificativos:
hombre calmoso, de juicio mesurado,
lúcido y valeroso sin ostentación.
Era madrileño y tipógrafo, por
lo que casi con seguridad era socialista.
Miliciano de hora temprana,
comprendió la necesidad de la disciplina
y la organización, y fue
seleccionado para seguir cursos de
formación militar. Llegó a ser jefe
de estado mayor de la 67 Brigada
Mixta, y fue otro de los que escaparon
de Alicante a bordo del
Stambrook.
También estaban Gualda, un mecánico de
Granada, que tenía una extraordinaria facilidad
para dormirse al volante, y Zubieta, de
Almería, boxeador campeón de España y tonelero.
Y Lucas Camons, también andaluz, jefe
de half-track y del cañón anticarro que manejaba
con maestría el gallego López Cariño,
quien haría saltar cinco vehículos alemanes en
la batalla de Ecouché. Éste último había sido
protagonista de una rocambolesca fuga de
España, desde Alicante, a bordo de una "patera"
de la época. Y finalmente no podemos olvidar
a Luis Royo, alias "Julián Escudero", conductor
del "Madrid", ex legionario y, actualmente,
memoria viva de "La Nueve".
La Segunda Sección de Combate estaba mandada
por el sous-lieutenant Michel Elías, un
pied noir de origen español. Su adjunto, el que
llegaría a ser adjudant Garcés, era un zaragozano
llamado en realidad Martín Bernal. Había
sido matador de toros con el sobrenombre de
Larita II. Hecho prisionero por los franquistas
al final de la guerra civil, se había evadido y
había alcanzado Francia. Se le exigió el alistamiento
en el ejército francés, lo que él confundió
con embarcarse en un buque de la marina:
para él, "l'armée" era la Armada, la Marina, y
protestaba porque jamás se había subido en un
barco. Por supuesto, acabó en la Legión.
Martín Bernal aparece en numerosas fotos de
"La Nueve" que se han publicado, probablemente
porque él mismo las proporcionó. Era
un tipo alto y grande, " de coraje tranquilo, con
humor y gentileza", diría de él Dronne.
Dos personajes a los que se refiere Dronne,
también en la Segunda Sección, eran
"Fernandel", llamado así por su parecido con el
actor francés del mismo nombre, y "El
Gitano", que, real o supuesto, sería ese calé que
no podía faltar en un grupo de españoles que se
precie. Nunca habló una palabra de francés, y
después de la guerra vendía helados en los
Campos Elíseos.
La Tercera Sección de Combate la mandaba el
canario Miguel Campos que, sin duda, fue el
preferido de Dronne ("era un fenómeno, un
coloso", diría de él) y probablemente el mejor
combatiente de La Nueve. Era anarquista,
como la mayoría de los componentes de su
sección. Había llegado a Oran desde España, al
final de la guerra, y también había estado en los
Corps Francs d'Afrique. Se hizo popular atrayendo
a "La Nueve" a un buen número de
españoles pertenecientes a la Legión
Extranjera que desertaron para unirse a la
nueva unidad "española". Fue nombrado adjudant-
chef y obtuvo el mando de la tercera sección
de La Nueve, sobre cuyos miembros ejercía
un gran liderazgo, aunque no fuera así en
las otras secciones. Se le recuerda como un jefe
dotado de un enorme sentido de la iniciativa,
astuto y rápido de reflejos para la toma de decisiones.
Su sangre fría y su audacia le impulsaban
a internarse en solitario tras las líneas enemigas
"au couteau et à la grenade", como nos
diría un veterano que le conoció, para dar golpes
de mano contra la retaguardia alemana.
Estaba muy motivado como militante anarquista,
y existe una leyenda, coincidente con el
testimonio de Dronne, según la cual hacia finales
de 1944 habría creado un "cuerpo franco"
personal con varios españoles adheridos secretamente
a "La Nueve" que, en un half-track
conseguido de los estadounidenses en un incidente
que relata el propio Dronne, se dedicarían
a recoger armamento con objeto de hacerlo
llegar a la guerrilla antifranquista. Su final en la
compañía tuvo bastante de misterioso puesto
que, desaparecido el 14 de diciembre de 1944
en el curso de una de sus misiones en solitario,
nunca se encontró su cuerpo lo que sostuvo
toda clase de teorías sobre su destino final: que
había vuelto a España para incorporarse a la
guerrilla, que se había instalado en el norte de
África...El caso es nunca más se
supo de él.
Campos formaba "sociedad"
con otro anarquista, el sergentchef
"Fábregas", su adjunto al
mando de la sección. Su verdadero
nombre era David Ramón
Etarict (según otras fuentes,
Etoriot, o Estarit), y además de la
identidad ideológica les unía un
fuerte afecto personal. De hecho,
Dronne afirma que Campos no
volvió a se el mismo después de
que su amigo "Fábregas" muriera,
el 14 de octubre de 1944,
durante una patrulla de combate.
Según el capitán, "Fábregas" era
hijo de un industrial catalán y se había educado
en Gran Bretaña (hablaba muy bien el
inglés), pero durante la guerra se había adherido
al anarquismo como un miliciano más. Era
cultivado e inteligente como "Bamba", pero
hacía del desaliño personal una seña de identidad.
"De momento, soy un soldado. Ya cuidaré
mi aspecto cuando vuelva a ser civil"
También se refería a su ideología anarquista en
términos más bien melancólicos: "La personas
son siempre víctimas de las opiniones que han
tenido a los veinte años", decía.
A propósito del nombre "Fábregas" hay que
decir que el uso de "nombres de guerra" en "La
Nueve" era frecuente, y no era una excepción
de esa compañía: recordemos que incluso
"Leclerc" era, en sí mismo, el nombre supuesto
de Philippe d'Hauteclocque.Al adoptarlo se
pretendía, en algunos casos, salvaguardar a las
familias si se era capturado, o simplemente
eludir problemas con respecto al pasado más
inmediato. El deseo de clandestinidad llevó a
algunos a negarse a posar en la famosa foto en
la que aparece La Nueve casi al completo,
durante su estancia en Inglaterra.
Otro famoso miembro de la Tercera Sección
de Combate era Johann (también llamado
"Juan", "Juanito" o "Jean") Reiter. Típico alemán
antifascista, su padre había sido un oficial
del ejército del Káiser, que posteriormente
sería ejecutado por los nazis. El mismo Johann
había sido cadete en Munich durante la
República de Weimar. Contaba una historia
novelesca según la cual se habría alistado en la
Legión Extranjera, donde habría sido secuestrado
por suboficiales alemanes y llevado a su
país, donde fue encarcelado. Se evadió, volvió
a la Legión, fue desmovilizado y entonces fue
a España, donde al comenzar la Guerra Civil se
habría puesto al servicio de los republicanos,
primero en las milicias y luego, como oficial,
en el Ejército Popular. Al final dela guerra
llegó a Oran, fue internado en el campo de
Moran y tras diversas peripecias terminó alistándose
en los Corps Francs d'Afrique, uno de
los antecedentes del RMT. Su trayectoria guerrera
se prolongaría hasta Indochina,y hay
quien asegura que existe una entrevista con él
realizada por TVE en los años setenta.
Dronne cuenta bastantes anécdotas sobre los
españoles, dibujando caracteres y detalles que
sirven para hacerse una idea de cómo eran en
el trato diario. Algunos sentían pasión por la
baraja, que acompañaban sobre la mesa con el
cuchillo o la pistola, y también, en exceso, por
los relojes de los prisioneros enemigos. Pero
eran generosos y solidarios, propicios a hacer
colectas a favor de las viudas o las madres de
sus camaradas muertos. Carecían de espíritu
militar, y entre ellos no faltaban los antimilitaristas,
pero eso no les impedía ser "magníficos
soldados, guerreros valerosos y experimentados"
como reconocería su capitán.
Dice Dronne en "Carnets de Route": "Se habían
enrolado con nosotros, habían abrazado
nuestra causa espontánea y voluntariamente,
porque era la causa de la .libertad. Eran, verdaderamente,
combatientes de la libertad.
Bastantes de ellos cayeron. Las tumbas de sus
muertos jalonan la ruta gloriosa y dolorosa que
siguieron desde Normandía a Berchtesgaden,
y los supervivientes tuvieron el orgullo y la
satisfacción de terminar la guerra en el santuario
del nazismo. A medida que se fueron produciendo
bajas, éstas fueron cubiertas por
jóvenes franceses, sobre todo en los combates
de Los Vosgos y Alsacia. Los veteranos de la
Compañía acogían a los reemplazos no como
a novatos sino como a sus hijos. Los formaron,
los protegieron, les instruyeron sobre el terreno,
les adoptaron. Ese no fue el menor de sus
méritos"
Los primeros pasos
Habíamos dejado a Dronne en Didjelli,
Argelia, recibiendo de Leclerc la orden de
hacerse cargo de la compañía de españoles.
Era el punto de partida de un viaje cuya primera
etapa les llevaría, por tren, a Bordj Skirat,
un rudimentario fuerte marroquí situado entre
Casablanca y Rabat. Estamos en los últimos
días de octubre de 1943.
El moderno material estadounidense había llegado
a Casablanca y era preciso tomar posesión
de él. Para ello la compañía se desplazó a
Anfa, donde, bajo la dirección de los ingenieros
y monitores del US Army procedieron a
montar los vehículos y a aprender su manejo.
Después de un mes de aprendizaje básico, volvieron
a Bordj Skirat, donde permanecerían
hasta la primavera de 1944, convirtiéndose en
una unidad de infantería mecanizada.
Para los españoles que se alistaron en 1943 en
la 2DB, la idea misma de una División
Acorazada debería resultar verdaderamente
exótica, después de su experiencia en una guerra
tan anticuada en planteamientos tácticos
como la Guerra Civil Española.
Sin duda no debió ser fácil sustituir sus hábitos
de soldados de infantería tradicional, que marchaban
a pie o en tren, que cavaban trincheras
y que atacaban frontalmente a la bayoneta por
los del infante mecanizado de la Segunda
Guerra Mundial. Ahora se trataba de aprender
a combatir desplazándose rápidamente en
potentes vehículos y con modernas armas
automáticas. El RMT fue dotado de modernos
half-tracks, vehículos semiorugas de 9 toneladas
aptos para desplazarse por todos los terrenos
acompañando a los carros de combate, de
quienes serían la infantería. Contarían con
armas individuales de mucha mayor calidad
que los mosquetones de 1936, ametralladoras
ligeras y pesadas, morteros de 60 mm, cañones
anticarros de 57mm. y piezas tan "exóticas"
como los novedosos bazookas. Nada que ver,
por tanto, con lo que habían conocido hasta
entonces. Pero a pesar de las dificultades, los
españoles se adaptaron perfectamente a sus
nuevas armas y a la moderna forma de hacer la
guerra. La Nueve, en palabras de Fábregas , era
ya "una orquesta con buenos músicos y buenos
instrumentos. Si hubiésemos tenido eso en
España..."
Siguiendo la costumbre francesa de "bautizar"
a todos los vehículos, los españoles de La
Nueve darán a sus half-tracks los nombres de
las batallas de la guerra civil: Teruel, Ebro,
Brunete, Madrid, Belchite, Guadalajara...
También otros tópicamente evocadores como
Don Quijote, o España Cañí. Y otros franceses
como Résistence, Libération, Nous Voilà, les
Pingouins. Faltaba el nombre del half-track de
mando. Después de pensar en varias opciones,
Dronne obtuvo el consenso: puesto que consideraba
que sus hombres "parecían una banda
de cosacos" ningún nombre mejor, para llamar
al semioruga que "Les Cosaques" Todos esos
nombres quedarán indisolublemente unidos a
la leyenda de La Nueve.
Tras un periodo de intensa instrucción, a
finales de mayo de 1944 la 2e. D. B. es
trasladada a Inglaterra donde velará la
espera de su desembarco en Francia.
Antes de desembarcar, Dronne arenga a
sus hombres acerca de lo que se van a
encontrar. La opinión pública británica
no tiene una buena opinión de los franceses,
y menos de los "rojos españoles",a
los que algunos atribuyen la comisión de
atrocidades durante la Guerra Civil. Por
eso es necesario que muestren a los británicos
que sus prejuicios son infundados,
que se comporten como embajadores de
su país y como hombres de honor, mostrando
un comportamiento impecable.
No habrá problemas de disciplina, y el
comportamiento de los españoles será, en
efecto, impecable.
A la espera del momento de saltar a
Francia, el entrenamiento continúa en un
entorno muy distinto al norteafricano. El
paisaje de York, sus praderas, los
"pubs",la hospitalidad de los británicos,
el inagotable avituallamiento de provisiones
estadounidenses son novedades
absolutas para los españoles. Serán sus
mejores días desde que salieron de
España.
El 6 de junio se produce el asalto aliado
sobre Normandía. Se sigue con inquietud
el desarrollo de los acontecimientos, a
sabiendas de que el momento de la verdad
se aproxima. Pero aún pasarán casi
dos meses antes de que la 2e DB ponga
pie en tierra francesa. Finalmente, el 30
de julio se produce el embarque en
Southampton y el 1 de agosto los primeros
elementos del la División desembarcan
en la playa de Utah.
Normandía
Tras una tensa espera en el barco que la ha
transportado hasta Francia, La Nueve desembarca
el 4 de agosto, cantando "La cucaracha"
por la lentitud de la compleja operación. La
división se pone en marcha con la misión de
apoyar a los estadounidenses frente al contraataque
alemán en Mortain. En esos primeros
días el III Batallón del RMT está en reserva, así
que la Nueve tardará algún tiempo en entrar en
combate. Es en ese periodo cuando el teniente
español Antonio Van Baumbergen, "Wamba"
es sustituido como segundo en el mando de La
Nueve por Amado Granell.
La 2e. D. B. se organiza, a la manera de los
"combat teams" estadounidenses, en tres
"Groupements Tactiques", una organización
que recuerda lejanamente a las Brigadas
Mixtas de la Guerra Civil: un batallón del RMT
acompaña a un regimiento de carros más un
grupo de artillería, cazacarros, reconocimiento...
El tercer batallón, al que pertenece La
Nueve, será adscrito al Groupement Tactique
Warabiot, o G.T.V
La toma del puente sobre el Sarthe y de
Alençon abre el camino para que la 2e DB participe
en una de las operaciones más famosa de
toda la guerra: la reducción de la bolsa de
Falaise, que supondrá el colapso alemán en
Francia. Para la Nueve, es también el primero
de los muchos momentos de coraje y sufrimiento
que deberá vivir hasta el fin de la guerra.
Bautismo de fuego en Ecouché
Después de un rápido combate en Vieux-
Bourg, en el que La Nueve destruye varios
vehículos alemanes disparando desde los halftracks,
el 13 de agosto los "cosacos" entran a la
carga en Ecouché, destruyendo más vehículos
a su paso. El pueblo queda dominado, pero será
en su aseguramiento en donde se producirán
los combates más violentos. El día 14, sin
embargo, el principal enemigo será la aviación
estadounidense, que vierte "fuego amigo"
sobre la Compañía. A la caída de la tarde, el
adjudant-chef Campos y el sergent-chef
"Juanito"Reiter han imaginado un audaz golpe
de mano y se infiltran con dos half- tracks en
terreno alemán llegando a un castillo en el que
capturan 129 prisioneros, entre ellos un coronel.
El día 15 La Nueve es cañoneada por los
alemanes...y nuevamente por los propios americanos.
Finalmente, el día 16 se percibe que
existen intentos de penetración alemana en el
pueblo. Dronne entiende que con sus efectivos
no podrá defender Ecouché, así que decide que
la mejor opción es atacar antes de ser atacado.
Protegido por el fuego de los morteros asalta las
posiciones alemanas, y allí encontrará la muerte
el sergent-chef Constantino Pujol, siendo
herido su hermano, Fermín. También, Luis del
Águila y el veterano prusiano Poreski. El contraataque
ha sorprendido a los alemanes, pero
aún así mantienen el cerco y el cañoneo durante
el 17 de agosto. En la tarde de ese día, después
de un nuevo intento de infiltración alemán,
Campos dirige un violento contraataque
contra un numeroso grupo de SS durante el que
Roberto Helio morirá a causa de las heridas
recibidas. Por fin, el día 18 La Nueve enlaza
con una columna británica. Ha sufrido 7 muertos
y 10 heridos graves, pero ha sido un éxito
táctico.
Hacia París
La Nueve descansa en Ecouché hasta que el 23
de agosto, a las 6 de la mañana, se da la orden
de salida. El destino es París, cuya ocupación
ha sido rehusada por el mando aliado en un
principio y por razones logísticas, para después
ser aceptado a causa de las presiones de De
Gaulle y, sobre todo, por la sublevación popular
que amenaza concluir con la destrucción de
la ciudad.
La Nueve, junto a otras unidades de su
División, sale desde la localidad de Limours a
las 7 hs. del 24 de agosto de 1.944 en dirección
a París, vía Arpajon-Longjumeau-Antony, por
la carretera nacional 20. Dronne, ha establecido
con sus jefes de sección las pautas de un itinerario
que, en su opinión, puede resultar peligroso
por su trazado, expuesto y propicio a
emboscadas. La columna mecanizada atraviesa
varios pequeños pueblos, donde, a pesar de
la hora, son recibidos de manera calurosa por la
población.
A las 8 hrs. encuentran la primera resistencia
ante Longjumeau. Una sección de La Nueve,
con el apoyo blindado de su inseparable 501º
Regimiento de Carros de Combate (R.C.C.), se
encarga del asunto. La lucha se acaba resolviendo
a favor de los franceses, que ocupan un
puente sobre el río Ivette, pero Dronne piensa
que estos pequeños y aislados focos de resistencia
deberían ser rodeados y fijados para proseguir
con un rápido avance.
A mediodía se llega al suburbio de Antony y
allí se reanuda la lucha. El eje del avance se
desborda, y con maniobras envolventes se
liquidan los obstáculos y se destruyen o capturan
varias piezas de artillería alemana. La
columna encuentra fuerte resistencia frente a la
prisión de Fresnes y se entabla un duro combate.
Sin embargo, la ruta hacia el París insurgente
parece estar abierta por el Este.
Dronne recibe entonces un mensaje del coronel
Billotte, que se encuentra al mando de la
columna: se le ordena volver con sus tropas al
eje del avance, concretamente cerca del cruce
de la población de Croix-de-Berny. El Capitán
hace repetir al mando varias veces el mensaje.
No puede creer esta orden que, finalmente,
acata. Al regresar a la carretera general, los
habitantes de las poblaciones se vuelcan imprudentemente
en recibir a las tropas. El enemigo
todavía combate sobre la ruta y se producen
bajas entre los civiles.
Llegando a Croix-de-Berny, la 1ª sección de La
Nueve es enviada al cruce donde debe apoyar
a otras fuerzas que se las tiene que ver con un
"88" alemán que será finalmente puesto fuera
de combate. Lamentablemente, esta sección,
mandada por el sergent-chef Moreno, ya que su
jefe natural, el andaluz sous-lieutenant
Montoya, había resultado herido en una escaramuza
anterior, quedará, por esta acción, apartada
del inmediato destino del resto de La
Nueve.
Dronne entra en la población con el resto de la
compañía, precedido por al semioruga del lieutenant
Granell que se encuentra directamente
con el jefe de la 2e. D.B., el general Leclerc.
Éste se halla en una acera, apoyado en su famoso
bastón, que emplea desde que sufriera hace
años un accidente hípico. Está nervioso y de
muy mal humor. Ha llegado hace poco tiempo
en su scout-car y ha sido informado por la tripulación
del avión Piper-Cub, que la división
emplea en tareas de observación, de la angustiosa
situación que se vive en el interior de
París. Sus acompañantes se encuentran a prudente
distancia. Le pregunta a Granell por el
Capitán y el español le responde que marcha
detrás.
Cuando llega Dronne, Leclerc le interpela
acerca de su situación. Dronne le explica que
ha tenido que retroceder porque así se le ha
ordenado, pero que el camino hasta París está
expedito en la zona que él ha recorrido.
Inmediatamente, Leclerc le ordena que marche
a París con lo que tenga a mano, por poco que
sea. Imagina el efecto que la llegada de la
columna puede tener en la moral del pueblo
parisino sublevado, y sabe que es necesario
que, aunque sea sólo con una fuerza simbólica,
la 2e DB debe entrar en París antes que los
estadounidenses.
La leyenda de La Nueve
Dronne organiza lo que queda de La Nueve y
completa su columna con la disminuida sección
de carros medios del lieutenant Michard,
del 501º R.C.C., También consigue una sección
de ingenieros, mandada por el adjudant
Cancel.
Un paisano guía a la columna. Atraviesan
Fresnes, continúan por L'Hay-les-Roses,
Cachan, Arcueil y Kremlin-Bicetre a través de
aquellas calles que parecen libres de obstáculos
o indicadas por la población como expeditas.
Durante todo el recorrido reciben las muestras
de entusiasmo de la población, que franquea el
paso de la columna cuando esta encuentra
algún obstáculo. Las defensas del fuerte de
Bicetre no abren fuego al paso de la tropa que,
hasta ahora, sólo han sido importunados por
disparos esporádicos ahogados por el ruido de
los motores.
Son las 20,45 cuando se alcanza la parisina
Puerta de Italia. El jeep de Dronne pasa a la
cabeza de la marcha. En ese momento la plaza
se encuentra llena de personas que, al escuchar
el estruendo de los vehículos, huye aterrada
pensando que son alemanes. De pronto alguien
grita: "Son americanos" y las tropas se ven
rodeadas de una muchedumbre que, literalmente,
enloquece al grito de: "Los franceses,
son los franceses", al comprobar su verdadera
identidad. Una alsaciana, ataviada con su traje
típico, destroza el parabrisas del jeep de mando
al saltar sobre él. Durante unos minutos es el
delirio. La columna no puede continuar la marcha
y Dronne duda sobre donde dirigirse.
Realmente la pequeña fuerza que manda no
tiene más que un poder simbólico dentro de la
situación que le rodea, militarmente hablando.
Resuelve entonces dirigirse al ayuntamiento:
El Hotel de Ville ha sido punto neurálgico en
todas las insurrecciones acaecidas en París. El
Capitán se pregunta por el itinerario a seguir, al
desconocer la situación de las barricadas y el
desarrollo de los combates. Entonces aparece
en escena, subido en una pequeña motocicleta,
el armenio Dikran que se ofrece como guía
hasta el nuevo objetivo. Asegurando conocer la
ruta correcta, arranca a la cabeza de la columna,
que se abre paso como puede. Sobre el jeep
de Dronne continúa subida la alsaciana.
Los vehículos se lanzan tras la motocicleta.
Recorren calles que quedan desiertas al paso de
los blindados, que los parisinos creen alemanes,
y que se vuelven a poblar cuando alguien
reconoce a los soldados y lanza el repetido grito
de "Franceses, son los franceses". Cruzan al
Sena por el puente de Austerlitz y continúan a
lo largo de los muelles de la orilla derecha hasta
su objetivo.
Por fin, a las 21,22 horas se detienen ante el
Hotel de Ville. Comienza a anochecer. La alsaciana
baja del vehículo. Dronne ordena transmitir
un mensaje de radio: "Misión cumplida.
Estamos ante el Hotel de Ville" y hace hincapié
ante su aislamiento y la necesidad de progresión
sobre París.
Se despliega el destacamento y los vehículos en
defensa de erizo alrededor del ayuntamiento, y
se dan órdenes ante un posible contraataque. La
gente empieza a llegar, lo invade todo, abraza a
los soldados, grita, impide el despliegue. Muy
pronto la Marsellesa se escucha sobre toda la
ciudad.
Entonces las campanas de París comienzan a
sonar. Primero aisladas, luego, docenas de
ellas, lograrán acallar cualquier otro sonido.
La noche transcurrirá en una calma expectante.
Dronne ha tendido su saco de dormir en la
acera, junto a su jeep y al half-track de mando.
En la oscuridad escucha a un grupo de sus
hombres, instalados en un lateral del
Ayuntamiento. Cantan "El paso del Ebro", y su
estribillo, tan conocido, simboliza más que otra
cosa el color de la jornada. "¡Ay, Carmela, ay
Carmela!". Al ser los primeros en entrar en
París, los españoles de La Nueve han dado
forma a una pequeña y romántica leyenda de la
Segunda Guerra Mundial. París ha compensado
esa noche, en parte, los años de exilio y
penalidades.
El día 25 de agosto, el grueso de la 2e DB entra
en París y se despliega por la ciudad eliminado
los focos de resistencia alemana y tomando los
puntos neurálgicos. La Nueve combate en la
rue du Temple limpiando la central telefónica,
y en los combates es gravemente herido el
sous-lieutenant Elías. Al final del día París está
bajo control y La Nueve se reagrupa frente al
Hotel de Ville.
Al día siguiente tendrá lugar una impresionante
manifestación en la que De Gaulle escenificará
su gran momento histórico descendiendo
por los Campos Elíseos y caminando hasta la
catedral de Nôtre Dame. El honor de escoltar el
cortejo, durante el que se producirá un confuso
tiroteo, corresponde a La Nueve por haber sido
la primera en entrar en la capital de Francia. Es
en ese momento cuando la cámara capta algunas
de las imágenes más conocidas de los
españoles de Leclerc, incluso una corta película
con el imperfecto color de la época.
Los días siguientes fueron de descanso para La
Nueve, que se había instalado en el Bois de
Boulogne convertido para la ocasión en campamento
militar en el que los españoles recibieron
la visita de otros compatriotas exiliados,
amén de cariñosas parisinas con las que compartieron
experiencias. Por primera vez se
materializaba la sensación de que, tras devolver
los golpes recibidos por el fascismo, los frutos
de la libertad empezaban a encontrarse al alcance
de la mano.
Pero lo bueno dura poco y el 8 de septiembre la
División estaba de nuevo en marcha
Hacia el Mosela
El 8 de septiembre de 1944 la 2e DB se pone
en marcha hacia el este. Cada uno de sus tres
"groupements" - que ocasionalmente se dividían,
a su vez, en "sous-groupements"- tiene una
misión distinta en el eje del avance. El GTV,
"groupement" en el que se incluía el III/RMT y
por tanto La Nueve, alcanza el 12 de septiembre
Andelot, donde resiste un millar de alemanes.
Se les da un ultimátum, que rechazan, y
entonces Billotte, que manda el GTV, decide
atacar con dos de sus "sous-groupements": en
su dispositivo, que partirá a las 13,15 desde la
carretera de Clermont, están las secciones de
Campos, Garcés y Montoya, por separado y
contando cada una de ellas con una sección de
carros del 501 Regimiento de carros de combate.
A las 13, 30 la infantería se pone en marcha
con una protección artillera tan potente que
rápidamente los alemanes comienzan a rendirse,
a pesar de que sus posiciones son sólidas y
bien escalonadas. Hay alguna resistencia, que
producirá bajas, como la del sergent-chef
Morillas de la 3ª sección, y un par de carros. La
sección de Montoya captura los anticarros responsables
de estas pérdidas, y el conjunto de la
compañía hace más de 300 prisioneros, amén
de causar numerosas bajas a los alemanes.
Esa misma tarde la compañía se desplaza hasta
Vittel, integrada en el "sous-groupement" La
Horie. Los días siguientes son de avance ininterrumpido
salvo por la ocasional presencia de
algunas piezas de artillería, que son rápidamente
desbordadas y destruidas. En una de estas
refriegas caerá gravemente herido el soldado
Antonio Almendro, que morirá a las pocas
horas. En Mattaincourt, Campos y sus hombres
capturan sin disparar un tiro 91 prisioneros, y
cuando, creyendo que el pueblo está vacío,
penetra Granell en su half-track, se encuentra
con doscientos alemanes formados detrás de su
coronel y listos para la rendición.
La Nueve se divide en varios destacamentos
para afrontar el paso del Mosela. El día 15 las
secciones de Montoya y de Campos lo atraviesan.
Se prepara la batalla de Châtel, que
comienza el 16 de septiembre. Esa mañana
Granell ataca Vaxoncourt por la derecha, con
dos carros y un half track, mientras que
Campos lo hace por la izquierda, infiltrándose
con tres semiorugas. Descubren numerosos
enemigos, por lo que Granell organiza un cauteloso
dispositivo de defensa, bien camuflado.
A las cinco de la tarde se observan movimientos
de la infantería alemana y ruido de carros, a
lo que sigue un ataque en toda regla. Los hombres
de Campos les dejan aproximarse hasta
que, ya cercanos, abren fuego contra ellos a
corta distancia causándoles muchas bajas y
provocando su retirada. Pero ante el avance de
los carros alemanes , Campos repliega sus cuatro
half-tracks hasta donde se encuentra la sección
de Montoya, que cuenta con el apoyo de
varios Shermans.
A la caída de la tarde, se desencadena el ataque
principal de los alemanes. Las ametralladoras
de La Nueve abren fuego y, especialmente
Reiter, causan cuantiosas bajas al tomar en enfilada
filas enteras de asaltantes. Por contra, un
obús alemán de grueso calibre impacta al halftrack
del sergent José Díez, hiriéndole gravemente
y matando al soldado Bernardo Benítez.
Díez morirá en el hospital poco más tarde.
La presión enemiga se acentúa, por lo Dronne
hace venir desde Nomexy a dos half-tracks de
la 2ª sección (Garcés). A la derecha del dispositivo
de La Nueve el cabo Luis Cortés maneja
un bazooka con el que consigue, después de
varios intentos, inmovilizar un Panther. La tripulación
del carro responde desde la torreta y le
hiere gravemente.
La noche va cayendo, pero hay claridad y los
españoles pueden divisar a los alemanes
mucho mejor que éstos a sus enemigos. El
anticarro del sergent Lucas Camons consigue
otra presa, un Mk IV, o quizás otro Panther.
En la radio, se escuchan con nitidez las órdenes
de los alemanes. Dronne encarga a Reiter que
se entere bien de lo que quieren, y así logran
saber que pretenden tomar Châtel a toda costa
y por el flanco izquierdo de La Nueve. A pesar
de la pérdidas, intentan remolcar los carros
puestos fuera de combate, pero los morteros de
60 mm, los Sherman y los anticarros se lo impiden.
El ataque alemán queda completamente
dislocado.
La nueve ha tenido dos muertos (el cabo Juan
Cañero y el soldado Bernardo Benítez) y 7
heridos evacuados : el sous-lieutenant Vicente
Montoya, los sergents Ricardo Bellver y
Fermín Pujol, el cabo Pierre Detenger y los soldados
Vicente Alsina, Ramón Izquierdo y
Nicolás Gómez. Detenger y Pujol se niegan, no
obstante, a ser evacuados.
El éxito defensivo de La Nueve se ve oscurecido
por la orden de repliegue al otro lado el río,
que es recibida con indignación. Además de
renunciar al éxito táctico, la operación es
arriesgada y deja a su suerte a los habitantes de
Châtel. Pero la orden se ejecuta y La Nueve sin
que los alemanes se aperciban.
El 18 de septiembre la orden es apoyar al sousgroupement
Cantarel, que debe intentar la recuperación
de Châtel. La Nueve se encargará del
flanco sur del ataque, dejando sus vehículos en
Nomexy y atravesando el río a pie. El agua les
llega por el pecho, y está muy fría. Por la derecha,
la 2ª sección de Garcés (recordemos, es en
realidad Martín Bernal) remonta el río. En el
centro, la sección de Campos se instala en un
viejo "château" y a la izquierdo Moreno, con la
1ª sección, se sitúa más en vanguardia. Châtel
ha vuelto a ser tomado con extrema facilidad, y
el día 19, a pesar de algunos ataques alemanes,
rechazados por la sección de Campos, los persistentes
bombardeos y los problemas de suministro,
la situación se consolida. Se ordena
entonces ensanchar la cabeza de puente, y La
Nueve se articula en tres destacamentos, mandados
respectivamente por los capitanes
Branet y Dronne y por el teniente Granell. La
infantería parte a pie, puesto que los half tracks
aún no han cruzado el río. El avance es eficaz,
aunque, ya de noche, el destacamento de
Granell se enfrenta, en Vaxoncourt, a varios
intentos de infiltración de los alemanes que
derivan en violentos combates.
El balance general es bueno, aunque La Nueve
ha sufrido once heridos graves: el sergent-chef
Martín Bernal y los soldados Antonio Corto,
Julián Escudero (Luis Royo), Miguel Sánchez,
Miguel Águila, José Núñez, Juan García,
López Castillo, Adolfo Pérez y Martín Iglesias,
así como dos leves, Antonio Morales y Camille
Girard.
Hacia los Vosgos
El paso del Mosela marca una etapa de calma,
de guerra de posiciones en la que se trata de realizar
operaciones de reconocimiento, de inteligencia
y de toma de prisioneros para interrogarles.
Esa detención de las operaciones, para
las que el barro otoñal es un enorme inconveniente,
es aprovechada para otros menesteres.
Entre ellos para recibir condecoraciones. De
Gaulle impone a Dronne la Croix de la
Libération, a Campos y a Fermin Pujol la
Medaille Militaire, y a López Cariño la Croix
de Guerre avec palme.
También se hace balance : la compañía tiene, a
30 de septiembre un total de 154 hombres en
total de los que aproximadamente cuarenta son
nuevos reclutas que han venido a sustituir a los
muertos, heridos y enfermos. En cuanto al
material, está al completo, listo para iniciar de
nuevo la marcha.
La Nueve, de nuevo integrada en el "sousgroupement"
La Horie, se instala en
Xaffevillers, donde organiza un dispositivo de
defensa . Pasan varios días en calma que La
Nueve emplea en realizar diversas patrullas de
exploración. El 14 de octubre es otro de esos
días tranquilos, alterado súbitamente por una
inusual agitación de los pájaros en la cercana
arboleda. Sospechando de un posible movimiento
del enemigo, Dronne encarga a
Campos que envíe una patrulla con hombres de
su sección, la 3ª. Parten 13 hombres al mando
del sergent-chef Fábregas, casi un "alter ego"
de Campos, quien permanecerá en alerta con el
resto de la sección por si tiene que intervenir.
La patrulla se articula en dos elementos: un
grupo de cabeza de siete hombres y su armamento
individual, y un grupo de apoyo de
cinco hombres al mando del sargento Pedro
Castillo, con una ametralladora del calibre .30.
Al principio la patrulla discurre con tranquilidad:
no se divisan alemanes, sólo gente trabajando
en el campo. Fábregas decide entonces ir
a Ménarmont segregando la patrulla en tres
escuadras: una, en la que irá él con Reiter,
Bodiot, Patricio y Vázquez. Otra, de cuatro
hombres con la ametralladora, y una tercera
con un cabo y otros tres hombres. La situación
inquieta a Campos, que prepara un half-track
con la orden de penetrar en el lindero norte del
bosque en cuanto se escuchen los primeros
tiros.
Fábregas y su escuadra llegan al pueblo y apenas
han entrado cuando varias ráfagas de armas
automáticas de dejan oír desde varios puntos.
Inmediatamente un grupo de alemanes intenta
cercar al grupo pero son detenidos por el fuego
de la tercera escuadra de la patrulla.
Inmediatamente acude el half-track de
Campos, y el propio Dronne envía dos semiorugas
más y dos carros ligeros, pero ya no pueden
hacer nada por salvar la vida de Fábregas y
Vázquez, que han muerto en el acto. Es una
pérdida especialmente dolorosa para Campos,
que, en palabras de Dronne, no volverá a ser el
mismo desde entonces.
Por lo demás, el mes de octubre será un monótono
interludio que los alemanes aprovecharán
para reforzar sus posiciones defensivas en los
Vosgos. Una pieza clave de esta línea defensiva
es la localidad de Baccarat, cuya toma permitiría
enfilar directamente el gran objetivo
estratégico: Estrasburgo. Leclerc quiere atacar
Baccarat eludiendo la ruta más fácil y previsible,
y ha escogido el difícil bosque de Mondon,
desde donde pretende sorprender a las defensas
alemanas.
El audaz ataque, ejecutado el 31 de octubre,
obtiene un excelente resultado y a la caída de la
tarde la vanguardia francesa entra en Baccarat,
iniciando la limpieza de la ciudad, que queda
controlada por la noche. En esa jornada, La
Nueve se ha apoderado de Hablanville y
Pettonville, dejando para el día siguiente la
toma del pueblo de Vaqueville. Pero en su
avance ha tenido algún incidente particularmente
grave, como en encuentro con un panzer
que Granell, Campos, Lafuente y algunos
hombres más han localizado e intentan destruir
con un bazooka defectuoso. Al final lo consiguen
pero Campos resulta herido, lo que ,
sumado a la muerte de Fábregas y a la enfermedad
de Reiter deja a la 3ª sección huérfana
de líderes.
El ataque sobre Vacqueville tiene lugar el miércoles
1 de noviembre. La Nueve va acompañada
de dos secciones de carros medios, de una
sección de ingenieros de dos cazacarros de los
fusileros marinos, morteros y apoyo de la artillería.
Dronne planifica cuidadosamente la operación
que comienza sobre las tres de la
tarde.El ala derecha de ataque progresa adecuadamente
a pesar de la artillería alemana y
desaloja al enemigo de Xermamont. En el ala
izquierda la sección de Moreno se enfrenta a un
Mark IV apoyado por infantería. Lucas
Camons, ayudado por Juan Pérez Vallespí, que
ha sido herido en la cabeza por una granada
cuya metralla ha atravesado su casco, emplea el
bazooka desde una ventana, disparando cinco
proyectiles hasta conseguir incendiar y destruir
el carro. Por su parte Gualda, sergent-chef, captura
un semioruga después de eliminar a sus
cuatro tripulantes. Finalmente la sección enlaza
con los hombres de Granell que han penetrado
por el centro. La maniobra ha sido ejecutada
limpia y brillantemente.
Los combates continúan dentro del pueblo.
Hay carros y vehículos blindados alemanes que
es necesario neutralizar con los bazookas , y
José Castillo hará lo propio mientras que Julián
Perea no lo conseguirá, y caerá muerto junto
con el sergent Antonio Cariño.
La 2ª sección es la que se encuentra en una
posición más comprometida, y en ella han
resultado heridos Antonio Domínguez y
Amado Liébana. Dronne envía a los blindados
y pone a los prisioneros capturados a despejar
las calles del pueblo para permitir su paso. Poco
más tarde interviene la aviación estadounidense
y la batalla puede darse por ganada, algo que
está comprobando sobre el terreno el propio
general Leclerc, que ha visitado sorpresivamente
el lugar del combate.
La batalla termina con la limpieza de los últimos
focos de resistencia. Ahora es necesario
organizar la defensa frente a un posible contraataque
alemán que, finalmente no se producirá,
aunque sí algún bombardeo ocasional.
Finalmente, el 3 de noviembre el ejército estadounidense
tomará el relevo y La Nueve recuperará
el aliento en el semidestruido pueblo de
Azerailles.
La campaña de Lorena ha terminado y
comienza la de Alsacia. La siguiente meta será
la liberación de Estrasburgo, verdadera obsesión
de Leclerc, que había jurado en Koufra no
descansar hasta ver la bandera francesa ondear
en la capital de Alsacia.
Badonviller
A primeros de noviembre La Nueve se encuentra
necesitada de refuerzos en hombres y material.
Sus efectivos se han reducido a 2 oficiales
y 136 hombres entre suboficiales y tropa, y hay
bastantes enfermos a causa del frío y la humedad.
Por otra parte, los efectos del terreno sobre
los vehículos, en un otoño de barro, se han dejado
sentir en forma de numerosas averías. A
pesar de ello, el 10 de noviembre la compañía
es puesta de nuevo en línea, esta vez integrada
en el sous-groupement Putz, que por cierto, es
ascendido a teniente coronel. Por su parte
Dronne obtiene un permiso que le permitirá
visitar a su familia por primera vez desde 1939,
pasando el mando de la compañía a Amado
Granell.
El mando aliado ha decidido que la 2e DB
apoye el ataque de la 44 y la 79 divisiones de
infantería estadounidenses, que se encargarán
de abrir una brecha en el frente, para posteriormente
explotar la ruptura ya conseguida. De los
tres "Groupements", dos apoyarán directamente
el ataque , mientras que el GTV, en el que,
recordemos, se encuentra La Nueve, se mantendrá
en la reserva.
Comenzada la ofensiva, los estadounidenses
encuentran algunas dificultades en el flanco
sur, por lo que Leclerc decide enviar el "sousgroupement"
La Horie contra Badonviller. Esa
imprevista decisión tendrá graves consecuencias
para La Nueve.
El día 16 el lieutenant-colonel La Horie ha concedido
permiso para pasar un día en Nancy a
una sección entera, a la que deberían seguir las
demás por turno. Sin embargo, ese mismo día
La Horie recibe la orden de reunir inmediatamente
a la compañía para el ataque sobre
Bandoviller. Con un tercio de La Nueve de
permiso y la mitad de los vehículos fuera de
uso no es posible cumplir adecuadamente la
tarea, pero aún así Granell intenta localizar a los
hombres de permiso, dispersos por Nancy.
Finalmente, obtiene el permiso para retrasar
hasta el día siguiente la salida de la compañía,
que será en realidad una amalgama formada
por toda clase de personal, incluidos oficinistas
y mecánicos, y con tan sólo cinco half-tracks.
Por su parte, el lieutenant Thevenet, recientemente
incorporado a La Nueve, dispone de un
destacamento en el que, además de otros 4
semiorugas de la compañía, dispone de dos
carros medios, tres ligeros, un half-track de
ingenieros y otro de sanitarios. Con estas fuerzas
inicia un reconocimiento de Badonviller,
una operación comprometida como todas las
que exigen que unidades blindadas penetren en
un núcleo urbano repleto de puntos bien escondidos
desde los que hacer fuego contracarro.
En este caso, y con gran esfuerzo, los blindados
consiguen destruir las posiciones de los letales
cañones alemanes del 88, dejando que la infantería
se empeñe en un combate casa por casa.
Hacia el final de la mañana, el pueblo está ya
bajo control pero La Nueve ha perdido temporalmente
a tres de sus cuatro oficiales. Granell
asume la total responsabilidad de conservar
Badonviller, y aún será requerido para un
nuevo ataque, hacia el norte. Granel expone
con calma a La Horie la situación de su compañía,
diezmada y con muchos reclutas sin apenas
experiencia. Finalmente La Horie rectifica
y encarga a La Nueve una misión puramente
defensiva, para luego mantenerse en reserva.
El balance de pérdidas es importante: La
Nueve ha tenido seis muertos: los sargentos
Manuel Bullosa y Jean Duros y los soldados
Antonio Martínez, Roger Botcazon, Nicolás
López y Louis Duchastel. Entre los heridos hay
varios españoles : el sergent-chef Pedro
Castillo, los sergents Vicente Mateo y José
Lafuente y los soldados Manuel Salinas y
Manuel Arce. Castillo y Lafuente fallecerán en
los días siguientes.También morirá el propio
lieutenant-colonel La Horie.
En cierto sentido, Badonviller marcará el declive
de la personalidad "española" de La Nueve
a causa de la acumulación de bajas y los reemplazos
por franceses de origen. En los días
siguientes Granell reorganizará la compañía,
encargando el mando de las secciones de combate,
respectivamente, a Zubieta, Callero y
Blanco. El 20 de noviembre Putz visita a La
Nueve y felicita a sus hombres por su coraje en
Badonviller. También anuncia la sustitución de
Granell por el capitán de Castellane hasta el
regreso de Dronne. Granell está extremadamente
cansado, arrastrando una mala salud
desde hace semanas. El día 22 abandona definitivamente
La Nueve pasando a realizar funciones
más organizativas, y no estará presente
cuando su antigua compañía libere, ese mismo
día, Marmoutier.
En esta fase del avance hacia Estrasburgo el
protagonismo se lo ha llevado el entonces lieutenant-
colonel Massu, cuyo "sous-groupement"
ejecuta una ruptura y posterior penetración
en el frente alemán que habilitará la toma
de Saverne, base de partida para el ataque definitivo
sobre la capital de Alsacia.
El 22 de noviembre de 1944, después de obtener
la conformidad del general Hailslip,
Leclerc ordena el avance sobre Estrasburgo
para el día siguiente. Cada "Groupement" tiene
un sector establecido, correspondiéndole al
GTV el ataque desde el sur. Pero el honor de ser
los primeros en entrar en la ciudad corresponderá
a la 3ª y 4ª compañías del RMT, que en
una progresión que sorprende tanto a los defensores
como a los habitantes, penetra en el centro
de Estrasburgo anticipando la entrada del
grueso de la división. La resistencia alemana se
derrumba rápidamente, salvo en el puente
ferroviario de Khel. En los tres días siguientes
es preciso limpiar los alrededores de la ciudad,
y allí tendrá que emplearse a fondo el GTV,
pero la situación es ya irreversible: la bandera
tricolor ondea en la catedral, y se da por cumplido
el juramento de Koufra.
La bolsa de Colmar
El 27 de noviembre Dronne retoma el mando
de La Nueve, muy distinta de la que él había
dejado. Ahora está llena de jóvenes reclutas
que han sido acogidos paternalmente por los
veteranos, y su adjunto al mando, el teniente
Dehen ya no es español sino
francés.
La 1ª sección tiene 37 hombres
y cuatro half-tracks. La
manda Moreno. La 2ª tiene
41, y cinco half-tracks, al
mando de Callero. La 3º se
entrega al novato aspirant
d'Aboville, a la espera del
regreso del herido Campos.
Sus 41 miembros, en 5
semiorugas , pondrán a
prueba las dotes de mando
del recién llegado La sección de mando y de
reparaciones está al completo con 14 hombres.
La caída de Estrasburgo abre una larga batalla
por la liberación de Alsacia que se prolongará
entre el 28 de noviembre de 1944 y el 10 de
febrero de 1945. Los alemanes conservan una
zona de Los Vosgos sólidamente consolidada
entre Estrasburgo y Mulhouse, la llamada
"bolsa de Colmar", en cuyo borde norte la 2e
DB ejercerá una presión continua durante el
mes de diciembre. En aquellos momentos se
plantea la integración de la División en el 1er
Ejército francés, mandado por De Lattre de
Tassigny, y aquello no es del agrado de Leclerc,
que teme que tal cosa perjudique el espíritu y la
capacidad táctica de la 2e DB, puesto que mantiene
diferencias de concepto y de método con
De Lattre.
La campaña de invierno se hace larga y muy
ardua a causa de la nieve y el frío. Durante los
primeros días del mes de diciembre La Nueve
se moverá poco, pero habrá algunas novedades
interesantes. Así, por ejemplo, se incorpora un
nuevo recluta español, con la particularidad de
que proviene de Alemania, de donde se ha
evadido. Cuando ha sabido que había una compañía
de españoles ha corrido a alistarse. Otro
asunto al que se refiere Dronne casi de pasada
es a un pequeño enigma que ha sorprendido a
muchos de cuantos nos hemos interesado por la
historia de La Nueve, y al que nos hemos referido
con anterioridad. Se trata de la existencia
de un grupo de anarquistas españoles que se
habrían incorporado clandestinamente a la
compañía con el objetivo de conseguir armamento
sobre el terreno para usarlo en España.
De esta historia se ha hecho eco Eduardo Pons
Prades, a quien se la contaron Joaquín Blesa y
"El Murciano".
Dronne cuenta cómo consiguió, de manera un
tanto irregular, un half-track suplementario que
puso al servicio de Campos, quien en compañía
de Bullosa había formado un misterioso
"corp franc" sobre el que nada añade. Parece
claro que tal "cuerpo franco" era el referido
grupo de libertarios y aunque tuvo una vida efímera,
resulta ser cierto que existió. Tal cosa
demuestra que la admiración que Dronne sentía
por Campos era tal que incluso le permitió
propiciar algo tan irregular como una especie
de "ejército privado", al estilo británico, dentro
de su compañía.
Diciembre fue también el mes en el que se dejó
sentir con mayor intensidad el malestar creciente
de muchos de los miembros españoles
de La Nueve. La nostalgia, el peso de la larga
separación de sus familias, el deseo volver a
casa, la falta de permisos, se sumaban a un frío
y una humedad inmisericordes y a unas condiciones
de vida muy difíciles. Para algunos de
los más activos, políticamente hablando, también
había llegado la hora de volver las armas
contra Franco, ahora que el nazismo parecía
muy cerca de la derrota. Ya se habían producido
casos de deserción de algunos elementos
que terminaron por incorporarse a la fallida
invasión del valle de Arán, y se pensaba que los
aliados terminarían por invadir España, sin
saber que Franco ya buscaba su acomodo a la
nueva situación que estaba por llegar.
El 13 de diciembre, tres destacamentos del
III/RMT, entre los que se encuentra La Nueve
atacan Witterheim, tomándola con facilidad.
En lugar de aprovechar el efecto sorpresa, la
compañía recibe la orden de replegarse, para
posteriormente atacar Binderheim. Será un ataque
en el que el esfuerzo principal deberá
hacerlo la infantería, puesto que sería suicida
enviar carros y blindados por una sola carretera
que no podrían abandonar por las condiciones
del terreno.
Dronne organiza el avance con pesimismo,
consciente de las dificultades que entraña una
operación como esa. Ha situado en punta un
carro, un tank-destroyer y el half-track de
mando de La Nueve, todos ellos con la misión
de ofrecer apoyo de fuego. Pero la niebla perjudica
notablemente la visibilidad, y enseguida,
el Sherman de cabeza recibe tres impactos de
un 88 alemán y queda fuera de combate, con
tres tripulantes muertos. Dronne descubre que
los alemanes habían hecho avanzar sus carros
por terrenos imposibles
para los Shermans y que
han organizado un trampa.
Pese a todo, el destacamento
puede avanzar, recibiendo
disparos desde todas
partes pero aguantando el
tipo. Finalmente recibe la
orden de repliegue, ante el
fracaso de los paracaidistas
que operaban en el flanco
izquierdo y sin haber cumplido
su objetivo.
La misión es ahora asegurar la defensa de
Witternheim. El 15 de diciembre, entre la
bruma, los alemanes atacan con carros e infantería,
pero son rechazados. Ese día es también
uno de los más dramáticos de la historia de La
Nueve porque se da por desaparecido a
Campos. Recordemos que se encontraba hospitalizado
desde el 31 de octubre, habiéndose
escapado para volver a la Compañía, aunque
no había retomado su responsabilidad en el
mando de la 3ª sección por encontrarse aún
convaleciente. Había solicitado sin éxito alguna
misión de combate, y quizás, finalmente,
había decidido cumplir su propia misión,
durante la cual desapareció. Se especuló con un
posible regreso a España, o a Marruecos, pero
nadie ha encontrado ninguna prueba seria de
ello. Con Campos se fue el espíritu más combativo
de La Nueve, un raro caso de
anarquista convencido que supo como
nadie adaptarse a la organizada disciplina
de una unidad militar convencional,
sin perder su ideología ni su personalidad.
No hubo más incidentes
dignos de señalar en el resto del mes
de diciembre. El dia 26 La Nueve fue
relevada y enviada a un merecido descanso
a la población de Kertzfeld,
donde celebran el año nuevo de 1945.
Es el momento de hacer balance. La
Nueve ha sufrido, desde su desembarco
en Utah, 35 muertos y 73 heridos
graves. En agosto era una unidad casi
enteramente española, pero ahora sólo
quedan cincuenta y un españoles y
una veintena de "pied noirs" de origen
español, además de algunos otros extranjeros.
Las bajas han sido cubiertas con voluntariosos
reclutas franceses que carecen, sin embargo, de
la experiencia, de la fiereza y de la audacia (son
palabras de Dronne) de los españoles. Y el
material, los preciados half-tracks, están deteriorados
por el barro y la intemperie.
A mediados de enero es retornada a la disciplina
del 1er Ejército francés para colaborar en
la definitiva liquidación de la bolsa de Colmar,
en la que continuaban los problemas a causa de
la férrea resistencia alemana. El 23 de enero
Dronne conoce cual es su nueva misión: apoyar
el ataque lanzado por la 1ª División de
Infantería (la 1ªDFL) en dirección hacia
Marckolsheim. No siente el menor entusiasmo
por su tarea, pues se trata
de un terreno absolutamente plano y nevado,
cortado por numerosos ríos que, aunque
pequeños, resultan difíciles de cruzar y fáciles
de defender. El 25 de enero el ataque de la
1ªDFL se ha detenido en el bosque de
Grussenheim y será preciso darle apoyo de
fuego para progresar sobre el pueblo del mismo
nombre. La temperatura oscila entre los 15 y
los 20 grados bajo cero, ya falta equipo invernal
adecuado, aunque lo peor quizás sea la
defectuosa manera de conducir la ejecución de
las operaciones por parte de los mandos del 1er
Ejército francés, léase general De Lattre de
Tasigny. El caso es que el 16 de enero La
Nueve se verá envuelta en los combates que
tendrán lugar en torno al cruce de carreteras
177, que en realidad son dos, con el mismo
nombre pero distantes un kilómetro entre sí.
Hay un cruce norte y otro sur. Los Sherman
abren el camino y eliminan varios antitanques
alemanes, y entonces las secciones de infantería
de La Nueve saltan a tierra: la de Moreno en
el cruce sur, donde permanece vigilante. La 2ª
sección avanza hacia el cruce norte donde un
disparo de artillería mata a Pablo Moraga, un
voluntario español de primera hora. Finalmente
las otras dos secciones de La Nueve se incorporan
al avance sobre el cruce norte, a tiempo
para sorprender a los alemanes que abandonan
los linderos del bosque presionados por la artillería
de los franceses. La operación puede calificarse,
al final de la jornada, de éxito.
Los dos día siguientes, 27 y 28 de enero, serán
una pesadilla a causa del frío y de los bombardeos
alemanes. Los pies se congelan, los hombres
que no están en los puestos de vanguardia
se aprietan en los half-tracks buscando algo de
calor.
En este periodo el protagonismo es, dentro de
la 2e DB, para el G.T.V., y esta fase de la campaña
quedará marcada por el combate de
Grussenheim, en el que perderá la vida el lieutenant-
colonel Putz, que manda el "sous-groupement"
que lleva su nombre. La lucha tendrá
lugar sobre una espesa capa de nieve y a temperaturas
de 15 grados bajo cero. En ella no
participará directamente La Nueve, pero sí destacaran
otros españoles alistados en la 11
Compañía. Grusenheim será tomada después
de una durísima lucha, en la que, tan sólo
durante la noche del 27 al 28 de enero 28 oficiales
y 260 suboficiales y soldados serán
muertos o heridos.
En los días posteriores La Nueve participará en
los combates por Elsenheim y Marckolsheim
el 31 de enero y el 1 de febrero, respectivamente,
momento en el que se da por eliminada
definitivamente la bolsa de Colmar. Leclerc
celebra con sus hombres el final de esa durísima
campaña, demostrando que sigue conservando
un enorme carisma entre ellos.
El final
La Nueve ha perdido en gran parte su capacidad
de combate y permanecerá acuartelada la
primera mitad de febrero, curándose de
sus heridas...y de las congelaciones de
pies. Siguen llegando nuevos reclutas,
que no pueden , en general, añadir
mucha calidad a la compañía. También
llegan las citaciones oficiales para los
"cosaques" más distinguidos, y algunos
ascensos. Vuelven algunos heridos, y
un caso especial: Antonio Medina
Pérez, "Turuta" (aunque Dronne le
llama "Tuluta"), el corneta de la compañía.
Había desaparecido el 23 de septiembre,
y aunque cuenta una rocambolesca
historia según la cual habría
sido capturado por los alemanes, de los
que había conseguido escapar, más
tarde se sabrá que en realidad desertó
para unirse a la fallida operación de
invasión del valle de Arán. El "turuta"
se hizo legionario después de la guerra.
Siguen llegando las recompensas: La Croix de
Guerre avec palme es concedida a Martín
Bernal y, a título póstumo, a Fábregas. Por su
parte Dronne es condecorado con la Legión de
Honor y ascendido a comandante, por lo que el
mando de La Nueve pasa al ahora capitán
Dehen.
El 23 de abril la División se vuelve a poner en
marcha, esta vez en dirección hacia Baviera.
Atraviesa el Rhin, luego el Danubio y entonces
recibe la orden de dirigirse a Berchtesgaden, un
objetivo cargado de simbolismo puesto que se
trata de un emplazamiento de descanso de altos
dignatarios nazis en el que Hitler poseía una
residencia verdaderamente singular: el "Nido
del Águila". En esa operación tendrá lugar la
última acción bélica de La Nueve. La
Compañía está ahora integrada en el "sousgroupement"
Sarazac, que tomará el pueblo de
Inzell y deberá despejar el camino de unas
defensas alemanas que disponen de cañones
del 88 y la ventaja de un terreno formado por
montañas y gargantas que lo hacen idóneo para
la emboscada. La Nueve se apoderará de un
puente y marchará sobre Weissbach donde la
destrucción de un segundo puente marcará la
interrupción definitiva de su avance. Fue el último
combate de la 2e DB en la Segunda Guerra
Mundial.
El sábado 5 de mayo, Leclerc llega a
Bertchesgaden y una gigantesca bandera tricolor
es colgada en el "Nido del Águila". Este
gesto simbólico marca el final de la guerra para
2e DB. En lo que respecta a La Nueve, de los
hombres que habían desembarcado en Utah
Beach menos de un año antes sólo quedaban
16. Había sido un duro tributo de sacrificio para
una leyenda de la guerra contra el nazismo que
merece estar presente para siempre en la
memoria de los hombres libres.

martes, 19 de enero de 2010

miércoles, 13 de enero de 2010

UTOPIA Ó NO?


:: La destrucción del Estado.


Derribad todos los edificios que desde cualquier punto de vista representen un símbolo de opresión. Ningún vestigio del pasado deberá ser respetado. Es necesario, de una vez por todas, hacer tabla rasa con todas las instituciones gubernativas, jurídicas, religiosas, administrativas, etc. Que todos los monumentos, que podrían usarse como punto de reunión de alguna autoridad cualquiera, sean abatidos sin piedad ni remordimiento. Compañer@s, endureced vuestros corazones porque hará falta mucho odio para terminar esta limpieza... haced saltar las iglesias.. los cuarteles, las prisiones... los ayuntamientos...
Quemad todos los papelotes administrativos doquiera se encuentren. ¡Al fuego los títulos de propiedad, de renta, de acciones, de obligaciones! ¡Al fuego las hipotecas, las actas notariales, las actas de sociedades! ¡Al fuego el libro de deuda pública, el de los prestamos comunales y departamentales! ¡Al fuego los libros de los bancos y de las cámaras de comercio, los pagarés, los cheques, las letras de cambio! ¡Al fuego los papeles del censo, de reclutamiento, de la intendencia militar, de las contribuciones directas o indirectas! ¡Al fuego todos esos papeluchos malsanos, títulos de esclavitud de la humanidad, defendidos por millones de datos, de esbirros, de jueces de todo tipo.


Es la hora de liarse la manta a la cabeza, abandonar todas las creencias e ilusiones que nos garantizan la seguridad de vivir en este mundo. La seguridad en esta sociedad no son más que unas vallas que nos protegen de... ¿de qué? ¿os habéis parado a pensar alguna vez de qué nos protege la Seguridad que nos ofrecen? ¿De qué debemos tener miedo? Las seguridades nos protegen de nosotros mismos, es a nosotros a los que las vallas no dejan salir, y no a los demás a los que no deja entrar. Nos impiden desbordarnos de lo que está permitido. Son nuestra propia policía que nos vigila en nuestro arresto domiciliario. Te pudres en ti mismo, te adormilas y te aburres, con la seguridad de que vas a seguir viviendo, es decir, tu corazón va a seguir latiendo. ¿Y los demás? ¿y los sueños? ¿y los deseos? ¿y las emociones? ¿la pasión?.

Todo eso está ahí, al otro lado de la valla. Abandonad las seguridades, lo único que hacen es atar, y lanzaos a la emocionante experiencia de vivir sin normas, sin amos, sin roles. Experimentad.
Queremos vivir y experimentar YA, no a medio ni largo plazo. La idea de la revolución como proceso está muy bien, pero no podemos esperar. Necesitamos mejorar nuestro vivir, queremos una forma más intensa de vida, y por eso queremos crear momentos para vivir intensamente. Queremos insurrecciones, sublevaciones, revueltas, la tensión del conflicto abierto. No nos vale tener simplemente el sueño de una revolución, preferimos el sueño y la utopía de un momento en insurrección. La sublevación es una reapropiación, una verdadera ruptura con la monotonía de la vida cotidiana, una verdadera ruptura con las normas sociales, una verdadera ruptura con los roles que a cada momento de la vida debemos adoptar. El momento en sublevación rompe los horarios, el tiempo, que deja de ser una tiranía lineal, para pasar a ser un desorden de momentos vividos intensamente. Sabemos que una insurrección no va a cambiar el mundo, pero sí creemos que puede transformar nuestra vida.
Porque se trata de cambiar el mundo, pero también se trata de transformar la vida. No estamos interesados en ninguna revolución que no eleve nuestra calidad de vida. No nos interesa un mundo, por muy libre y justo que sea, si la vida es igual de aburrida, tediosa, monótona, racional y mediocre que la que hay ahora.

Abogamos por crear la revolución que nunca triunfe.

No queremos triunfar. No queremos perder el sueño y la utopía. No nos interesan las cosas que tienen un fin, ni las cosas cuyo destino anticipado es morir. No queremos tener futuro, ya iremos fabricando nuestra vida. No queremos definirnos ahora, ya nos irán definiendo nuestros actos. No queremos tener todas las cosas claras, ya nos iremos aclarando con la practica.

No tenemos las cosas claras. Pero OJO, eso no quiere decir que vayamos a permitir que vengan listillos a aclararnos a nosotros y a decirnos quienes somos y que queremos y qué no queremos. No admitiremos vanguardias revolucionarias que vengan a encabezar nuestra revuelta con sus ideologías. Y no vamos a permitir, tampoco, a los líderes sindicales ni a los sindicatos en sí mismos y mucho menos a las organizaciones politicas. No os vamos a dejar, os lo avisamos, no vamos a permitir ningún intento de manipulación, ni vamos a dejar que recuperéis nuestras luchas para el Sistema, llevándonos por los inofensivos cauces de la democracia. ¡Abajo la democracia! ¡no más diálogo! Hay que dar caña. Os lo advertimos, si intentáis meter vuestra zarpa entre nosotros, vamos a arremeter contra vosotros con toda nuestra ira. Mejor todavía, arremeteremos contra vosotros aunque no intentéis meter la zarpa, sólo por lo que sois y lo que hacéis, por vuestra función de bomberos del fuego de la revuelta. ¡Recuperadores de mierda, estáis en el punto de mira!.

Todo está en el punto de mira. Nada de este mundo es salvable. Nos cagamos en todo. Hemos empezado a desengañarnos de las credulidades de la vida moderna, no creemos en la seguridad del hogar lleno de sentimientos electrodomésticos, ni en las máquinas que dan una felicidad patética, como la sonrisa del burro al morir. Los coches no son más que el modelo del ideal burgués de felicidad. Quemémoslos, rompamos los escaparates de la alienación y de la falsa vida.

Quemar coches, romper escaparates. No es una consigna lo que os mandamos. Quemar, romper, son nuestros sentimientos lo que os lanzamos. Os lanzamos nuestra rabia, nuestra ira. Nuestros deseos y nuestros sueños. Es lo que pensamos. Nosotros somos eso.
Insurgimos en nuestro ambiente como lava de volcán. Queremos irrumpir, no esperar a florecer como las plantas. Queremos lucir el doble sin resignarnos a durar la mitad de tiempo. Somos utópicos, somos unos ilusos. ¡Ilusos! ¡Habéis dejado de soñar! Os habéis hecho mayores, sois tan adultos como un universitario invadido por el tedio con veintipocos años. Nosotros nunca hemos dejado de ser niños. Aún somos salvajes y nos resistimos a que nos domestiquen.

Mordemos.

Somos utópicos y salvajes.

Seguro que pensáis que estamos locos, ¿verdad? .

Este panfleto es un virus. Se extiende y fluye por el mundo sin límites tejiendo redes de deseos subversivos. Puedes formar parte de él. Es más, puedes ser él. Difúndelo, fotocópialo, regálalo a tus seres queridos. Crea sueños.
Salvajes.